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Maneja la espada

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El Señor nos recomienda ser prudente como serpientes y simples como palomas (Mateo 10.16). Sin embargo, nuestro Dios no nos ha dejado sin defensa en esta Tierra dominada por el pecado y el poder de las tinieblas. Controla todas situaciones y es por eso que nos dejó un arma temible y terrible contra el enemigo: ¡LA ESPADA!

¡ADVERTENCIA!

La espada es un arma blanca con doble filos compuesto de una lámina recta y aguda, en metal, generalmente usado por los guerreros durante los combates desde hace milenios. Es un arma temible para herir el adversario. En guerra contra el mundo de los tinieblas desde nuestra nueva nacimiento, nos, hijos de Dios, somos los soldados de Yahvé. Es por eso que debemos derrotar para ser seguro frente a los asaltos del enemigo. Gloiria a Dios porque tenemos un arma temible contra njuestros enemigos “La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreo 4.12). ¡Esta espada, es la Palabra de Dios! Sí, no es cualquiera espada y nos enemigos lo sabían, es porque tiemblan. En efecto, nos no apoyamos en la Palabra de cualquiera pero sobre la del ¡Creador del Cielo y de la Tierra! Nuestro Dios que nos ordena, dirige e impone su autoridad. Triunfado en la cruz anulando “el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz (Colosenses 2. 14-15). Nadie no fue capaz de cumplir tal hazaña. ¡Damos le el honor que le debido! ¡Ahora que somos justificados, glorificamos su nombre y resisten a las tinieblas! ¡Ya somos victorias, no lo ignore y lucha!

EL PODER DE LA ESPADA

En esta batalla espiritual que estamos librando, la Palabra de Dios es una bendición de todos los días. A lo largo de nuestro caminar con el Señor, que nos ilumina, nos fortalece, nos consuela, nos enseña. Frente a los cuidados de esta vida o las mentiras del enemigo, la Palabra de Dios todo nos da las respuestas y verdades que necesitamos. Por lo tanto, podemos enfrentar durante las diferentes batallas, es decir, las pruebas y los desiertos que encontramos.

Es por eso que está de nuestra responsabilidad de conocerla porque nos da seguridad para vencer con eficacia. En efecto, nada puede enfrentar, no podemos inclinarse delante de ella. Satanás le sabía bien, conoció el poder de la Palabra, es por eso que la uso para tentar nuestro Señor en el desierto. Aunque la astucia, él no podría atrapar a nuestro Creador. Jesús usó su Palabra a su encuentro y que sólo podía retirar, sin pestañear. El diablo no se molesta para utilizar la Palabra de Dios a su manera aunque no es su arma. Hoy en día, las mismas astucias están utilizados. No hay nada nuevo bajo el sol. De hecho, los lobos rapaces interpretan la Palabra en sus intereses, por lo tanto, la difusión de falsas doctrinas y enseñanzas falsas.

Cristianos, es indispensable a conocer la Palabra con el fin de discernir lo verdadero de lo falso. Esta nuestra responsabilidad. Si Dios nos dio su Palabra, no es para nada. Tendremos ninguna excusa ante el Padre si nos dejamos engañar por los hombres, porque todo lo que necesitamos saber está escrito allí. Esta Palabra es nuestra riqueza. Este no es un libro de muchos, no lo veo como tal. Nos entregas mensajes, instrucciones en nuestro camina cristiano, la manera que nos comportamos, información sobre eventos pasados y venideros. No se olviden de lo. Francamente, con un tal tesoro en nuestra posesión si permanecemos ignorantes es que nosotros elijamos. Es una locura tener un arma tan poderosa y no sabe cómo utilizar lo. Así que, soldados, ¡manejando la espada!

¡NO SOLA UNA ESPADA!

Las denominaciones, las autoridades, los príncipes del mundo de las tinieblas, los espíritus malos se ensañan contra los discípulos del Señor. Es por esta razón que debemos ser vestidos de la armadura del combatiente compuesto de la espada pero también de otros elementos mencionados en Efesios 6.14-17: ceñidos vuestros lomos con la verdad, vestidos con la coraza de justicia, calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz, el yelmo de la salvación… Sobre todo tomad, “el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno”.

La fe está el principio fundamental que debe aplicar todo combatiente de Yawhé digna de este nombre, pero una pena perdida. La fe, es crecer en Dios. Esta esencial poner nuestra confianza en el Señor y haber nuestros ojos fijos en Cristo. Hay que creer de todo nuestra corazón lo que nos dice en su Palabra. Dios no miento. Si no, no tomaremos firme, sobre todo en este mundo donde la iniquidad y la opresión están creciendo un poco más cada día. Vamos a tener ningún seguro o poderoso enfrente a las diversas situaciones. Por ejemplo, Dios nos pregunta de no preocuparse, ¡Cree le! No repetimos todos nos problemas, tan grandes para nosotros, pero tan pequeño a los ojos de Dios, al punto dudar de su intervención para ayudarnos. Hacer así es abrir una puerta al diablo para que se mejor atacarnos. Además, nos afligimos al Señor porque le desobedecemos cuando nos preocupase, olvidando que Él es Todopoderoso y puede sacarnos de cualquier situación. Por otra parte, perdemos la alegría que Él nos pide tener y que es un Fruto del Espíritu. Ponga nuestras cargas a los pies de la cruz.

Dios no pide cosas complicadas porque Él mismo dice “Mi yugo es fácil, i ligera mi carga” (Mateo 11.30). Seamos calmas y no dejemos Satanás hacernos creer lo contrario. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay” (Hebreo 11.6). Dios conoce nuestro corazón, ¿Cómo puede actuar si ve que no confiamos en Él? Él es honrado cuando ponemos nuestra fe en Él. Luego, actúa en consecuencia y ¡se mueve montañas! Seamos guerreros dignos del Señor, capaz de enfrentar cualquier situación. ¡El espíritu que hemos recibido el nuevo nacimiento es un espíritu de poder! ¡Luchemos!

La espada que es la Palabra de Dios nos permite hacer la diferencia entre lo que viene de Dios y lo que no viene de Él. Guardamos al espíritu que somos en guerra. Satanás no se descansa, persevera en el objetivo de ejecutarnos. Tenemos siempre nuestros precauciones para no ser engañado.

Rebecca.

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