Les Dokimos



¡Despertamos, el Esposo está en la puerta ! - Extracto del Dokimos 24

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"Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?" Lucas 18.8. He aquí un poco más de dos mil años, el Señor anunciaba su regreso para buscar su Iglesia. ¡Sin embargo, la espera fue tan larga para los hombres, que muchos acabaron por creer que sus palabras fueran un mito! Entonces, el regreso del Cristo debe ser la sola esperanza de todo cristiano. Desgraciadamente hoy, los combates, el cansancio, las pruebas y el desaliento, sumergen los cristianos que se duerman profundamente. "Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo." Efesios 5.14. En efecto, no es la hora para dormir, porque todas las profecías bíblicas se cumplen bajo nuestros ojos. El Señor está en la puerta. Sí, la salvación es mucho más próxima de nosotros que cuando creímos. Cada día que pasa, nos acercamos un poco más del último alivio: la eternidad con nuestro esposo Jesucristo. ¿Pero entonces, cómo todavía podemos pues dormir con tal esperanza? El Señor ha dicho: " Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí."(Juan 16.3). ¡El discernimiento y el tiempo faltan! La palabra nos exhorta en estos términos: "aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos." (Efesios 5.16). ¿Pero cómo aprovechar el tiempo en este mundo quién nos concede tan poco? Es el momento de redoblar los esfuerzos en nuestra marcha con Dios. Debemos prepararnos para el regreso del Señor examinándonos cada día a la luz de la Palabra (2 corintio 5.13), despojándonos obras infructuosas de las tinieblas (Efesios 5.11, Romanos 13.12-14), buscando con ardor la voluntad de nuestro Padre para practicarla (Efesios 5.17) y santificándonos más (Apocalipsis 22.11). Amados, despertémonos y no seamos distraídos más. Miremos lo que pasa alrededor de nosotros y veamos la sed de la gente que sufre en las naciones. ¡Los hombres no saben más a cual santo consagrarse! Es a nosotros que ha sido dado a mostrarles la vía: "Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio" (Mateo 11.5). ¡Jesucristo regrese! Recordemos solamente y fortifiquémonos con esta palabra: "Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan." (Mateo 11.12).

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